19 de febrero de 2011

El cuento de la lechera...

Ha llegado hasta mis manos un “Llibre de Festa Major” (Libro de Fiesta Mayor) y es un libro por que tiene 200 páginas, de la fiesta mayor de La Bisbal de los días 14 al 18 de agosto de 1927.

El libro no está en muy mal estado pero no tiene tapas (le pasa como al
libro de las galletas) pero todo y así vale la pena mirárselo con calma por la cantidad de publicidad que hay. Es curioso observar que muchos, casi la mayoría, de anuncios son de empresas o comercios de Barcelona, supongo que en aquellos años La Bisbal era una ciudad muy importante (lo sigue siendo hoy) y debía congregar a la suficiente cantidad de personas a su fiesta mayor como para que la inversión en publicidad quedara justificada.

Pasando paginas y observando la publicad me ha llamado la atención dos anuncios que en un principio me han parecido iguales pero que al mirarlos con atención no se parecen en nada...

Uno es de leche condensada El Niño y la otra de la leche condensada La Lechera. Para mi únicamente existe la segunda, la marca El Niño no la conocía pero es curioso ver como en aquella época se hacían la competencia.

He buscado por Internet algo de historia de las dos marcas y he encontrado un artículo escrito por Juan José Fernández Teijeiro (doctor en medicina y escritor) donde habla un poco de la historia de las dos marcas y su “lucha” por un lugar en el mercado de la época.

(...) La Sociedad Lechera Montañesa A.E. comercializaba por toda España la leche condesada 'El Niño' y una harina lacteada con el mismo nombre. En los diarios de difusión nacional era una imagen publicitaria habitual la del niño de pelo rizoso que salía del bote de latón, en cuya etiqueta se leía: 'Leche condensada marca El Niño. La gran marca nacional. Con toda su crema».

No faltaban los consejos a las madres, ni la mención a las medallas que el producto había recibido en la Exposición Agrícola de Barcelona en 1927, y en la Exposición de Alimentación de Madrid de 1928. Además, cada diez etiquetas
del producto podían ser canjeadas por una participación de Lotería de 1 peseta.

La Sociedad Lechera Montañesa A.E. tenía su sede comercial en la céntrica Plaza de Cataluña en Barcelona, y en Madrid en la calle Peligros; la fábrica estaba en Torrelavega. Esta poderosa industria llevó el nombre de la ciudad del Besaya y de Santander en los miles y miles de botes que fueron consumidos en los hogares españoles. Competía, nada más y nada menos, con la poderosa Nestlé cuya primera fábrica en España estaba
en La Penilla. En 1905 había salido de La Penilla el primer bote de la famosa harina lacteada, en 1910 empezó a producir leche condensada, y a finales de 1920 procesaba unos ocho millones de litros de leche al año. Frente a este coloso se levanta 'La Lechera Montañesa' en 1926 con aquella popular marca: 'El Niño'.

El domingo 22 de agosto de 1927, la ciudad del Besaya y la fábrica se engalanaron para recibir a los reyes don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia. Recorrieron las instalaciones acompañados de don Pablo Garnica, presidente del Consejo de Administración, y de los técnicos que explican a sus Majestades todo el proceso que sigue la leche desde su recogida hasta el resultado final, el famoso bote de 'El Niño', del que se consumían diariamente en España más de 25.000 unidades. Los Reyes mostraron su plena satisfacción por la visita; aquella era industria nacional moderna y floreciente. La factoría iba a recibir también un año después la visita de Primo de Rivera, presidente del Gobierno.

Ya muy pocos serán los ciudadanos de Torrelavega y Cantabria que recuerden aquellas efemérides; pero si es cierto que muchos de los nacidos en torno a los años 30 fueron alimentados con la leche 'El Niño', recomendada por los doctores puesto que era 'bacteriológicamente purísima, evitando su uso la temible y larga fiebre de Malta y los trastornos gástricos'.

Y como en muchos cuentos e historietas el pez grande se comió al chico. La Nestlé acusaba la fuerte competencia de 'El Niño'. En 1930 la solución definitiva fue absorber la industria y acabar liquidando la marca en la década de los 60. Las naves permanecieron como testigo mudo de aquel industrioso pasado. empresa hasta 1984
(...)

En próximo post más publicad del Llibre de Festa Major!!

2 de febrero de 2011

Galletas del libro Llaminadures de Ignasi Doménech


Bueno, llevo un mes con las pilas muy bajas pero esto se tiene que acabar. Tengo cantidad de cosas por subir al blog y un montón de ideas para ir escribiendo. Es por ello que hoy, aquí y ahora pongo fin a este bajón temporal que me invade y me pongo a trabajar.

Hace unos meses mi degustador encontró en un estado agonizante un pobre (por su estado que no por su contenido) librito que según he podido averiguar está editado sobre 1920. Lo cierto es que su edad no justifica su lamentable estado con el que ha llegado a nuestros días, pero bueno, lo importante es que ha llegado. Le falta la tapa pero sus 64 páginas están completas.


Este post también tiene que servir para hacer un “homenaje” al ilustre cocinero Ignasi Doménech, por lo que ha aportado a la historia de la cocina y la gastronomía (tengo más libros de Domenech que el degustador me ha ido regalando)

Bueno, a la receta. Hace unos días una buena amiga me ofreció enseñarme ha hacer paella que es algo que no he hecho nunca..., ya se que todo el mundo hace paella pero yo no he probado nunca y a cambio de su paella yo le hice unas galletas para el café.

El problema que tuve fue que la masa era para hacer las galletas con pistola y como no uso armas las hice con manga pastelera y hay que ver la fuerza que se necesita..., pero bueno el resultado no fue malo del todo.

Ingredientes:

200 gr. de harina
100 gr. de mantequilla
110 gr. de azúcar glas
Una naranja
Un poco de vainilla
Chocolate para decorar las galletas

Según la receta original la masa se hace sobre el mármol pero yo la hice dentro de un bol..., la amasé con las manos añadiendo una pequeña cantidad de agua hasta llegar a una masa que más o menos se dejara trabajar.

Como decía las hice con manga pastelera y boquilla. Al horno a 180 unos 12 ó 14 minutos.

La mitad de las galletas las unte con chocolate y estaban buenísimas y para el resto hice una mezcla con la naranja y el azúcar glas (como dice la receta del libro), pintadas y dejadas un rato en el horno hasta que se secaron, la verdad es que estaban muy buenas...