Hace tiempo que no me como una chocolatina (la culpa es de ese invento del control de las calorías...), pero cuando pienso en ellas me doy cuenta del apego emocional que tengo por algunos alimentos.
Mirando este álbum / concurso (mayo 1955) que alguien rellenó (y para lo que tuvo que comer mucho chocolate...) pensaba en que le produciría más emoción, comerse el chocolate o descubrir si el cromo era nuevo o lo tenia “repe”.
El caso es que lo terminó, lo presentó y lo que no sabemos ni sabremos nunca es si le toco alguno de los premios, pero lo que si podemos imaginar es disfrutó tanto con el chocolate como con los cromos...
1 comentario:
Jo no sóc de fer col·leccions, però t'asseguro que aquesta sí que la faria, je je je...
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